Parar o no parar…a almorzar

Parar o no parar…a almorzar

Parar a almorzar en la salida en bici del fin de semana se ha convertido en todo un ritual. La pregunta que muchas veces nos hacemos es… ¿es bueno hacerlo? O por lo menos nos cuestionamos ¿tan malo es?

Si uno de los objetivos principales de tu temporada es pasarlo bien encima de la bicicleta, tanto en tus carreras o marchas como en los entrenamientos, disfrutar con los amigos,… no te lo plantees, si te gusta ese momento de desahogo del almuerzo, no lo pierdas por nada del mundo.

Otra cosa es que sea o no lo más indicado para tu entrenamiento ciclista. Normalmente el día en que paramos a almorzar es el día destinado al trabajo de fondo. Al parar, de alguna manera, estás dividiendo tu sesión larga en dos más cortas, con lo que la adaptación al objetivo no es igual; se valora más hacer todo el entrenamiento seguido sin paradas.

¡Pero no desesperemos! Hay otras fórmulas que te pueden permitir disfrutar del momento sin perjudicar a tus entrenamientos de ciclismo. Algunas de ellas son:

  • Haz la parada prácticamente al final de la sesión, de esta manera el fondo está hecho y sólo te quedarían unos pocos kms que incluso te pueden venir bien para soltar piernas.
  • Que la parada no se alargue en el tiempo. Redúcela a 10-15’, de esta manera no terminas de enfriar y te da para comentar la salida y “echar unas risas”.
  • Cuidado con lo que almuerzas. Un almuerzo copioso, con alimentos ricos en grasas, bebidas alcohólicas,… harán de tu digestión un suplicio. Una tostada de jamón con tomate y un café es una buena opción, rápida y fácil de digerir para subirte a la bicicleta mucho más ligero y con ganas de apretar.